
De la intoxicación lingüística: No me llames «María», llámame «marihuana».
Desde tiempos remotos, el oro ha sido la moneda de intercambio, el sino de piratas y corsarios, el precursor de guerras entre reinados, el tesoro más preciado y custodiado en grandes palacios.
Parece también que un gran poder conlleve una gran responsabilidad, y que todas las bondades que este metal precioso